hello TAITA PANCHO Y SUS NEGRITOS Por: Pedro Chuquipoma Moreno El día en que Huamachuco se pinta de negro en esta ciudad la fe se fortalece hacia San Francisco de Asís, ya que éste recibe también una importante celebración y una de las manifestaciones de devoción más singulares del Perú.Esta expresión religiosa de carácter colectivo cuyos orígenes se remontan a la colonia es una de las festividades que congrega mayor cantidad de fieles en Huamachuco. Según testimonio de los miembros de la hermandad, la tradición se inicia después de un milagroso hecho, donde el protagonista es un siervo de raza negra, propiedad de un capitán español.El relato de los mayores cuenta que este capitán era muy devoto de San Francisco de Asís y el siervo, además, de eficiente en su trabajo lo acompañaba con gran fervor a las ceremonias y formas de agradecimiento que el capitán le hiciera a su Santo Patrón.En esos tiempos se presentó una fuerte epidemia de Tifus, quizás originada por una prolongada sequía, el “negrito” enfermó y tras una lenta agonía falleció. Grande fue el dolor del capitán que estimaba al siervo como a un hermano, quien tuvo que ordenar fuera llevado rápidamente en una tarima al cementerio por temor al contagio.En el momento que se iba a realizar el entierro, una torrencial lluvia sorprendió al cortejo fúnebre por lo que no pudieron darle cristiana sepultura, dejándolo a la intemperie, algunos testimonios dicen que colocaron un clavel rojo en la boca del negrito ya que por la forma del deceso había quedado con los músculos de la cara en estado rígido.Llegada ya la noche, en casa, el capitán español con gran fe, encomendaba el alma del negrito a su milagroso. Cuando después de largas oraciones, a la aurora del día cuatro de octubre, escuchó golpear insistentemente la puerta desconcentrándolo de sus súplicas, se dirigió a ella y grande fue su sorpresa al ver que el humilde y noble negrito era quien hacía el llamado. ¡Había resucitado! Ambos muy conmovidos, después de brindarse un gran abrazo, dieron gracias por este milagro a San Francisco de Asís. La resurrección del negrito originó que la epidemia de Tifus también desapareciera.En gratitud al santo, el pueblo huamachuquino conmemora este hecho a través del tiempo, rememorando la fe recompensada que vivió el español y su siervo, testificada por la población. Es así que la hermandad es la encargada de la organización de la festividad en su honor cuyos días centrales se inician el primero de octubre y terminan el día seis; cada una de las actividades programadas refleja las virtudes y enseñanzas del santo.El cuatro de octubre la ciudad entera se paraliza, para que después de misa más de tres mil huamachuquinos y huamachuquinas, niños, jóvenes y adultos, integrantes de la Hermandad de San Francisco de Asís, se reúnan en sus casas y se pinten literalmente todo el cuerpo de negro, vistiendo una boina y una capa con los colores del hábito franciscano y un clavel rojo en la boca, como significado de la vida después de la muerte. Así, ataviados y descalzos, al escuchar el llamado de los cohetes, se integran en ese mar de azabaches rostros, perdiendo nombres y adquiriendo una nueva identidad colectiva que espera ansiosa, alrededor de la Plaza de Armas en dos columnas, la salida de la catedral del hermano mayor. En este espacio no hay distinción de condiciones de ningún tipo, todos comparten la misma fe, todos son iguales. Sin embargo, son sólo algunos pocos aquellos que por su trayectoria y compromiso son reconocidos por los miembros de la hermandad y privilegiados quienes podrán sacar el anda; mientras que las bandas se preparan al pie del campanario para brindar sus melodías al Santo; se siente la emoción.Los negros privilegiados que al momento de conducirse a la catedral pisaron el abrazador piso de la plaza, caminan ahora sobre las coloridas alfombras de flores y sienten el privilegio que esperan volver a tener el próximo año. Son las dos de la tarde y comienza la procesión, San Francisco es flanqueado por las imágenes de Santo Domingo y la Virgen del Rosario, la cual es cargada exclusivamente por negritas. Los demás negritos acompañan con su atenta y expresiva mirada el recorrido procesional de la imagen del “Taita Pancho”, de forma ordenada, solemne y conmovedora, siempre con respeto a los negros mandadores e inspectores encargados del orden. La presencia de cada “Negrito” es conducida por una fe sorprendente, la cual se fortalece al sentir la presencia del milagroso santo, escuchándose susurros que expresan los agradecimientos por favores personales concedidos o haciendo algún pedido o promesa en especial.La imponente procesión es vista por los pobladores desde sus balcones y por los negritos que circundan la plaza. Hacen sus oraciones y súplicas sintiendo un respeto en todo momento por la situación privilegiada de los miembros de la hermandad. El Seráfico se va acercando a la catedral y se despide con la mirada atenta de sus siervos, deteniéndose un instante en la puerta de la catedral. El regocijo de haber acompañado al Santo, desborda, las bandas se dispones a tocar (marineras y) huaynos, la solemnidad queda en el corazón, las capas pierden rigidez y se elevan por los aires al ritmo de las bandas y pañuelos blancos que contrastan y dinamizan, etc. Después de tres bailes al son de los marineras y huaynos, el santo hace su ingreso a la entrada de la catedral, hasta que los negros regrésense los cinco altares en la cual el Panchito se despide al ritmo de baterías de bombardas, el cielo se ilumina y todos los negros lo despiden gritando taita pancho (tres veces) hasta el próximo año y hace su ingreso triunfal a la catedral donde los negros se despiden, para trasladarse a su local institucional, la alegría sigue compartida, continúan siendo uno, el amplio local no puede albergar a todos, se baila, se silba; el día llego a su fin y se grita a manera de despido y agradecimiento a una sola voz ¡Taita Pancho! ¡Taita Pancho! ¡Taita Pancho! El día de mañana todos tendrán nuevamente un nombre, la fiesta continuará, lo cotidiano volverá; pero el próximo cuatro de octubre sin duda, el día será nuevamente negro. Escríbenos Nombres Email Mensaje Enviar